Hay una amplia bibliografía donde se valora la carga interna de
trabajo de alguna de las tareas específicas más frecuentes utilizadas
en fútbol. Así, consecuentes con nuestra programación, se definirá
mejor la orientación de las capacidades condicionales de Fuerza
(Fuerza/Velocidad) o Resistencia en relación a los parámetros
fisiológicos (Fc med y lactato) y los parámetros de las condiciones del
propio juego (n. de jugadores, dimensiones y duración).
Sin embargo, y como nos dicen algunos autores, (Alvaro y J.L. Arjol)
y aunque se hayan hecho progresos en el conocimiento de la carga de
trabajo en tareas jugadas, faltaría especificar otros parámetros los
cuales podrían modificar la intensidad (Fcmed) de trabajo de los
jugadores implicados. Estas deducciones subjetivas permitirán
seguramente establecer con mejor criterio el hecho de que se hayan
conseguido los objetivos condicionales o no.
El último dato a tener en cuenta se rebela en el perfil del contexto de
la situación de juego, donde el jugador experimenta un incremento
acusado de sus valores de Fc caracterizado por la inmediata proximidad
del balón, de los adversarios, es decir, de todo aquello que con lleva
estar situado en “el centro del juego” (García García, 2006b). De esto
se deriva la importancia de la programación de las tareas
interrelacionadas en la que los juegos competitivos en espacios
reducidos (3 x 3, 4 x 4 con porteros, etc…) demandarán del jugador una
adaptación muy específica y por ende un gran impacto en su carga
fisiológica.
La siguiente propuesta (Solé, 2002) está diseñada específicamente para deportes de situación como el fútbol. Hablaremos de Unidades de carga (UC) para el cálculo de la carga de trabajo.
UC = Volumen (min) x (Fc media x Indice de especificidad)
Para que tengamos un ejemplo más concreto evaluaremos la carga de una sesión.
El valor total expresado en Unidades de carga (UC) será el que nos
guiará para controlar la carga de las sesiones y por lo tanto de los
microciclos de toda la temporada. En el próximo gráfico se detalla la
evolución de la dinámica de la carga del mismo microciclo comparada con
las expectativas de carga determinadas.
Para la planificación de cargas de tipo específico siempre podremos
disponer de tablas como la anterior (Jimenez y otros, 1993) que nos
orientarán a establecer mejor la carga interna que se desee para cada
microciclo.
La validez de nuestra propuesta intenta pues incidir en los factores
cuantitativos y cualitativos por igual y relacionarlos de tal manera
que tengamos más fiabilidad en la determinación, control y evaluación
de las cargas.
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